Cultura, arte y entretención se juntan en un sólo lugarLastarria: el nuevo centro de Santiago
El barrio de moda entre jóvenes e intelectuales, se llena cada día más pero sin perder su historia.
La línea 5 del metro, estación “Bellas Artes”. Se abren las puertas del vagón, y como en ninguna otra, la diversidad de personajes es muy notoria. Un ejecutivo, una abuelita que debe venir de algún lugar al que fue a comprar, una joven rubia con chasquilla prominente y pantalones muy apegados a sus piernas. Todos con una misión distinta, pero todos en el mismo lugar.
Se bajan y como por inercia los dos primeros personajes se van rápidamente hacia la escalera. La joven rubia, al salir, se dirige hacia un costado de la estación, sabe que siempre en ese rincón hay una exhibición de arte que pertenece al Bellas Artes, y que es una pequeña muestra de lo que se puede ver en el museo.
Este museo, que data de 1916, ha sido la cara de la cultura y el arte en nuestro país. Con la escultura de Rebeca Matte, “Ícaro y Dédalo” en su frontis, recibe de martes a domingo, no tan sólo a jóvenes bohemios o a expertos en arte, sino que se puede ver, incluso, a niños. Camila, parvularia de 26 años, pasea con 15 niñitos vestidos con sus delantales azules, todos bien afirmados de la correa de quien va delante. No superan los 6 años, se concentran en caminar entre la gente que los mira. Ellos tienen visitas guiadas organizadas por el mismo museo. “Con esto desde chiquititos se empiezan a entusiasmar y a acostumbrar a estas cosas”, dice Camila.
En la parte trasera del Bellas Artes, está el remodelado Museo de Arte Contemporáneo, que hoy en día tiene casi 6300 visitas mensuales. Son personas que van mirar las 2000 obras que alberga en su interior. Con exhibiciones como la del artista coreano, Choi Jeong-Hwa que llenó de globos el frontis de este museo, en un intento de acercar el arte a la gente. De la bullada exposición de Marco Evaristti, en la cual se exponían jugueras enchufadas que en su interior tenían agua y peces vivos. Tentando al observador a apretar el botón y así matar a los peces.
Fuera de este museo no solamente se pueden ver expresiones artísticas como las de Choi Jeaong-Hwa, sino que cada los domingos se puede ver a payasos y mimos, haciendo shows y entreteniendo a quienes pasean por el sector por tan sólo una pequeña colaboración del público.
Ambos museos – el Museo de Bellas Artes, como el MAC- se encuentra en Parque Forestal, uno de los pulmones de la ciudad que tiene 12 hectáreas de áreas verdes, 6500 especies de árboles, estatuas y muchos banquillos para que la gente descanse. El Parque Forestal se encuentra entre Avenida José María Caro, el Puente Pío Nono, Merced, Ismael Valdés Vergara y el Puente Recoleta.
Este lugar se ha vuelto el epicentro de diversas actividades, como por ejemplo, actos conmemorativos de los Derechos Humanos, desfiles de las minorías sexuales, expresiones artísticas como la visita de la “Pequeña Gigante” o la foto de desnudos frente al Bellas Artes del fotógrafo estadounidense, Spencer Tunic, que juntó a casi 5000 personas.
Este parque que bordea el Río Mapocho, fue diseñado y creado por Jorge Dubois un arquitecto y paisajista francés que logró dar un estilo europeo del siglo XIX a este pulmón de la ciudad. Y su infraestructura hasta el día de hoy.
En sus inicios fue denominado barrio, gracias a que en un lapsus de unos 50 años, el sector creció notoriamente desde el punto de vista visual, con la construcción del Bellas Artes y el Parque Forestal, los que se sumaban a la ya instalada Iglesia de la Vera Cruz (1857). Haciendo de este sector uno de los más visitados por la gente adinerada e intelectual de la época.
Esta bonanza se mantuvo, durante toda la primera mitad del siglo XX, “Yo que vivo hace 50 años en el barrio, he visto de todo. Cuando era más joven era muy seguro, ahora intento no andar sola, por mi edad y porque no quiero que me asalten”, comenta Luisa, una señora que vive a un costado del Parque Forestal.
Hace algunos años el barrio empezó a volverse peligroso los asaltos e incluso violaciones ocurrían en el espacio abierto del parque, según las estadísticas de los carabineros de la 1° Comisaria de Santiago. “La gente que venía al parque, era muy rara. ¡Vi cada espécimen!”, confirma Luisa, quien mira desde el balcón de su edificio antiguo en la calle Merced.
Este sector en pleno centro de Santiago, nunca dejó de ser lo que era en un 100%, puesto que la gente que es amante del arte, siempre estuvo en este sitio. Aun así, antes de 1990, se había devaluado el terreno y la gente que vivía aquí, se instalaba en el centro por la ubicación cerca de sus trabajos o porque siempre había vivido en este barrio. Su renacimiento se inició luego de la gestión municipal del alcalde Jaime Ravinet, quien quería revertir esta tendencia de abandono del centro de Santiago. En donde, quería repoblar y recuperar la vigencia de este sector. De hecho, entre el 90 y el año 2000 se llegó a tener un mayor impulso en la edificación residencial, con 904.000 mts2 construidos, que es cuatro veces más que el lapsus 80-90.
Actualmente, ha habido un auge aun mayor en el sector, puesto que se han arreglado sus fachadas, se han construido nuevos edificios con exteriores antiguos –como el que se encuentra cerca de la calle José Victorino Lastarria y la Alameda - y se han agregado nuevas tiendas y cafés que han atraído a un nuevo tipo de gente. Esto, gracias a la Municipalidad de Santiago que este año planea invertir $466 millones de pesos en el Parque Forestal, para aumentar la iluminación y seguridad del lugar.
Pero esto no sólo lo ha hecho la municipalidad, sino que también la gente. Un ejemplo de esto es María Teresa Undurraga, quien también vive en el sector y es la dueña del “Emporio La Rosa”. Este lugar nació en el barrio Lastarria, con la idea de un café, más simple que el Condi o el Copellia. Y con una atención más casera, empezó a hacerse un espacio en el barrio. Hoy día, en un centro de encuentro para todas aquellas personas que disfrutan de un buen té, servido en tetera o de un helado artesanal, con sabores desde frutilla con pimienta o de miel de ulmo. “Aquí viene todo tipo de gente, algunos con ropa como exclusiva. Hasta vienen famosos”, dice uno de los mozos del lugar. Se puede encontrar desde a Ignacio Franzani, el animador de “Cadena Nacional” y rostro de Falabella, hasta a Katty Kowalezco, entre otros. También hay jóvenes desconocidos pero con estilos variados y sin miedo a imponer modas.
Con zapatillas de marcas vanguardistas (en el sector se encuentran dos tiendas especializadas en esto, Zoo Concept y Nike Force 1) pantalones pegados a sus tobillos y poleras compradas en la ropa usada, se puede ver a las personas que pasean por el barrio Lastarria, y que toman una leche con frutas en la cafetería del Brainworks una tienda de diseño chileno que da sus servicios en sus propios diseños de sillas y mesas o compran libros exclusivos en la Ulises.
“Muchas de las personas que vienen al Brainworks, son jóvenes estudiantes de teatro, que como yo. Vivimos y trabajamos en el sector. Esto sucede porque aquí al lado tenemos teatros y la libertad de asistir a academias que también se encuentran cerca”, dice el mesero del Brainworks.
En estas calles se puede ver a actores como Felipe Braun o Luciano Cruz-Coke, o distintos tipos de profesores o intelectuales como Fernando Villegas, también a jóvenes que intentan buscar un estilo que los defina en su forma de vestir y los haga distintos (muchos consultan lo que está de moda en otros países a través de internet) y compran en las tiendas ubicadas en este sector, que son de jóvenes como ellos, que hacen sus propios diseños y los venden en pequeñas tiendas con colores vivos y con música electrónica o indie sonando desde sus radios que pretenden ser antiguas. Un ejemplo de esto es la conocida tienda “Hall Central” que está ubicada al interior de un pasaje, en donde se ve una vitrina con un solo maniquí, adornado con un exagerado vestido. En su interior hay prendas de distintos diseñadores y se venden a un precio que fluctúa entre $15000 un chaleco a 80 mil pesos un abrigo. “Yo compro aquí porque se me asegura que hay una o dos copias más de mi compra. Así no se pierde la exclusividad” dice María Jesús, estudiante de Arquitectura.
También se encuentra la Plaza Mulato Gil de Castro, que está al inicio de la calle Lastarria, a un costado del ahora abandonado edificio “ Instituto Chileno-Francés de Cultura”, donde antiguamente se podía realizar los contactos para que los estudiantes se fueran de intercambio e incluso para tomar clases de este idioma. Ahora están ubicados en Providencia, después de abandonar este lugar el 2007.En la plaza en sí, tenemos el MAVI – Museo Artes Visuales-, un museo con un ascensor que marca hasta el piso 999, el que en realidad no existe y que los sábados por la mañana realiza talleres para quienes asisten al museo. Al inicio de la calle, se ubican vendedores de libros usados y antigüedades. También es posible ver a personajes como “El divino anticristo”, un hombre con esquizofrenia que se viste de mujer y vende textos sobre Dios e incluso hizo una crónica para el “The Clinic”. Él ha llegado a ser un personaje en el sector. Julita Astaburuaga, tampoco se queda abajo del carro, esta socialité, incluso vive en el sector.
Así de variado es este barrio lleno de personajes y lugares impactantes a la vista. Este barrio fue declarado “Zona Típica” el año 1997, por lo que ahora están disponibles algunas visitas guiadas para aprender más de este barrio.
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